Los malls chinos están revolucionando el panorama del retail en América Latina.
Con Chile a la cabeza, donde ya existen más de 250 establecimientos de este tipo, el modelo se expande con fuerza hacia Colombia, Perú y Argentina, atrayendo a consumidores que buscan variedad, precios bajos y rotación constante de productos.
En Chile, estos centros —de entre 200 y 800 m²— crecen a un ritmo del 25% anual, con una oferta diversa y sin grandes inversiones en marketing. En Colombia, marcas como Miniso ya superan las 91 tiendas, mientras negocios como Akitoki y Mercatus 9 adoptan el formato con éxito.
Perú vive una consolidación paulatina, con ejemplos como Hiper Asia en centros comerciales formales, y espacios como Polvos Azules y Centro Comercial Arenales, que ya operan bajo una lógica similar.
En Argentina, los tradicionales bazares chinos dominan, con fuerte presencia en ciudades y zonas como el Barrio Chino de Belgrano.
Este fenómeno refleja un cambio en los hábitos de consumo en la región: menos lealtad a marcas tradicionales, más sensibilidad al precio y búsqueda de ofertas prácticas y variadas. Todo apunta a que estos formatos seguirán creciendo e influyendo en el ecosistema comercial latinoamericano.